La nueva dictadura del silencio en la comunicación
La censura, coerción y amenaza en la nueva era del Tío Sam

¿Por dónde andamos y nos dirigimos? La guerra silenciosa pero potente, no deja de extender sus tentáculos hacia todo y todos los que opinen contrario a ciertas políticas y derechos, como la libre expresión del pensamiento, palabra y obra.
Realmente, parecería que volvemos a plena Edad Media, cuando los siervos no podían hacer nada sin el consentimiento de los amos. El vasallaje, es la palabra pura y simple que se pretende instaurar de nuevo en la nueva Edad Tecnológica en pleno siglo XXI.
El asunto de la supremacía de las redes sociales y las críticas –leves o graves—a actuaciones y situaciones, no admiten censura y mucho menos perdón.
Una internet perforada de arriba hacia abajo y viceversa de pornografía barata, se permite, sin importar el daño que esto hace en las psiquis de millones de menores, niños y adolescentes a nivel mundial.
Pero que nadie se atreva a criticar o por lo menos emitir una opinión contraria a las nuevas políticas del viejo Tío Sam, para que te eliminen de manera provisional del espectro tecnológico internacional. ¿Eso es democracia? Bueno, pienso más en una dictadura, tiranía o satrapía, en la que no tienes derecho alguno a protesta.
Una nación gobernada y liderada por multimillonarios tecnológicos, que aportaron cada uno y a su manera a una campaña presidencial que resultó victoriosa, es para poner a pensar y poner los pelos de punta a cualquiera.
¡Cuánto se adelantó en el tiempo y el espacio, el inglés George Orwell! Su gran obra maestra, “1984”, escrita en 1949, apenas un año antes de su muerte por tuberculosis, constituye un precedente a lo que nos espera.
El Hermano Mayor nos domina, hoy de manera distinta a la de antes, en estos momentos te sacan de la órbita seria y real de la comunicación a distancia, esgrimiendo razones estúpidas e incoherentes, a fin de que no hables ni escribas nada en su contra, so pena de sacarte de las redes.
Mientras tanto, cualquier porquería se publica y se aprueba. Lo importante es la “descomunicación” o desinformación, siempre y cuando no afecte los intereses a nivel internacional.
Tanto escribir para renegar de la decisión de la red social Network, propiedad del republicano Larry Ellison, al decano del periodismo dominicano Listín Diario.
Si ese es el camino a seguir, cerremos los ojos, sellemos nuestras bocas y a taparnos los oídos. Se impone la dictadura del silencio. Por favor, si reciben este trabajo de opinión, no lo reproduzcan, no lo reenvíen, simplemente, bórrenlo, como si nunca les hubiera llegado.
Fuente: Panorama
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