Editorial

¡No a un nuevo plan de regularización! ¡República Dominicana se respeta!

Una vez más, voces conocidas, entre políticos, empresarios, representantes de organismos internacionales, ONGs y hasta sectores eclesiásticos, levantan su clamor para exigir que la República Dominicana implemente un nuevo plan de regularización para ciudadanos haitianos. Pero cabe recordar que, en el año 2013, ya realizamos uno. Aquel esfuerzo costó al pueblo dominicano más de  US$50 millones de dolares, según informó en su momento Carlos Amarante Baret, entonces ministro de Interior y Policía. ¿Cuánto más debemos sacrificar?

Con firmeza y respeto preguntamos: ¿por qué no alzan sus voces en Puerto Príncipe? ¿Por qué no luchan por los derechos de sus hermanos haitianos en su propia tierra, donde las bandas armadas siembran muerte, violencia y desesperanza, cobrando la vida de más de 30 personas cada día?

¡La República Dominicana ha hecho demasiado! Nuestra solidaridad ha sido constante, nuestros recursos compartidos, y nuestra frontera una puerta de auxilio humanitario durante décadas. Pero ya es hora de poner a la Patria en primer lugar. Nosotros también padecemos: enfrentamos una crisis de salud, un sistema educativo sobrecargado, inseguridad ciudadana, inflación desbordada y una corrupción que nos desgasta el alma nacional.

A quienes, desde el confort de sus despachos o desde agendas extranjeras, piden un nuevo plan de regularización, les decimos con el corazón ardiente de amor patrio: ¡NO habrá más planes de regularización! La soberanía no se negocia. Vayan a defender a Haití en Haití. Esta tierra, bendecida por Duarte, Sánchez y Mella, es y será siempre de los dominicanos.

¡República Dominicana es para los dominicanos! ¡Punto!

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