Acusación caso Esmeralda Richiez: un planeado abuso que terminó en muerte

Tortura y barbarie. La primera palabra es usada tres veces y la segunda en dos ocasiones en las primeras siete páginas del escrito de acusación y solicitud de apertura a juicio contra John Kelly Martínez y Rubiel Morillo Martínez, imputados por la muerte de Esmeralda Richiez, de 16 años, ocurrida en la madrugada del pasado 13 de febrero de este año.
El documento, obtenido por Diario Libre, sostiene la presunta planeación de un abuso sexual que terminó en muerte, orquestada por Jhon Kelly Martínez, profesor de matemáticas del centro de educación donde la adolescente era estudiante, con el alegado apoyo de su primo, Rubiel Morillo Martínez.
Una salida con malas intenciones
De acuerdo con la acusación presentada el pasado 14 de junio ante el Juzgado de la Instrucción del Distrito Judicial de La Altagracia, la intención de Martínez al organizar una salida con la adolescente fallecida era «aprovecharse sexualmente de la víctima dada su condición de vulnerabilidad, llevándola a un lugar desconocido por esta».
Ese lugar resultó ser la playa el Cortesito, donde la jovencita llegó junto a Martínez, el primo de éste y otras tres adolescentes. Esmeralda había abordado el auto de Martínez alrededor de las 7:30 de la noche del 12 de febrero de este año, en su casa ubicada en el paraje Vista Alegre, de la ciudad de Higüey, en la provincia La Altagracia.
Al momento de recoger a Esmeralda, Martínez y Morillo estaban acompañados por otras tres jóvenes, señaladas en el documento acusatorio como amigas de adolescente.
La Fiscalía de La Altagracia sostiene en su acusación que John Kelly Martínez alejó del grupo a Esmeralda, caminando con ella a un lugar más apartado en alegada complicidad con su primo, Rubiel Morillo Martínez, quien se desplazó a otra área distinta en la misma playa junto con las otras tres jóvenes.
De lo que fue víctima Esmeralda se hace constar en los detalles revelados por la autopsia realizada por el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif), del 19 de febrero, y que la acusación define como un ataque que le provocó «un sangrado incontrolable producido por la violencia física y sexual» que se ejerció en su contra.
Tortuoso periplo
La acusación no precisa el tiempo, pero ubica su narración después del hecho en el traslado de la jovencita por Martínez al baño más cercano, ubicado en Onnos Bar, para «lavarse y limpiarse la sangre». Luego, el relato los ubica en el vehículo, un Honda Accord EX 2016, junto a Morillo Martínez y las otras tres adolescentes.
En lo adelante empieza lo que podría definirse como un tortuoso viaje, con varias paradas antes de que Esmeralda llegara a su hogar, donde el día siguiente fue hallada sin vida.
Primero se dirigen a una estación de combustible, en la avenida España, de Bávaro, donde la adolescente de 16 años entra a un baño de un establecimiento de servicios dentro del negocio de expendio de combustible.
Después de salir de este lugar, se trasladan a la Farmacia Bávaro, en las cercanías de la estación de combustible, en la que compran un paquete de toallas sanitarias de maternidad, una caja pastillas de un anticonceptivo de emergencia y una botella de agua.
Desde la farmacia, el documento indica que Martínez le compró ropa y se detuvieron en la casa de una de las adolescentes que les acompañaban, «a los fines de cambiarse la vestimenta que llevaba puesta». Las prendas que dejó allí Esmeralda, y que incluían su cartera, fueron entregadas voluntariamente tres días después de lo ocurrido. En varias de esas vestimentas, apunta la acusación, fue detectada «sangre humana y semen».
Al abandonar el hogar de una de las tres adolescentes acompañantes, se dirigieron a la casa de Esmeralda, tirando en el trayecto una funda plástica azul con otras vestimentas, que fue recuperada el 24 de febrero y en la que encontraron piezas ensangrentadas.
«Estos imputados son conscientes de que la adolescente de generales E.R.M. había sido víctima de violencia sexual, que la misma requería asistencia médica urgente, que tenía un sangrado irregular, que ya llevaba varias horas sangrando, así como a sabiendas que en el área en la que se desplazaban se encontraban centros de atención a la salud; de forma cruel e inhumana proceden a regresarla a la víctima a su residencia», indica el escrito.
Ya en su casa, y junto a una de las jóvenes que le acompañó, sus padres le reclaman la tardanza «encontrándose ambas adolescentes con temor de contar lo ocurrido, además sin atreverse a manifestar a estos adultos el tipo de violencia ejercida por el maestro».
Momentos después, su compañera es recogida por un familiar y Esmeralda se encierra en su dormitorio, donde fue encontrada sin vida a la mañana siguiente, 13 de febrero.
Fuente: DL
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