Opinión

Docencia remota, un paso disruptivo de la educación superior. – Continuar con ella, es avanzar, suspenderla es retroceder

Consciente de losretos que a lo largo del tiempo ha tenido en el mundo la educación superior,
el cual en República Dominicana alcanzó su clímax, podemos aducir que el confinamiento
provocado por el Covi-19, justamente, puso a pruebas la capacidad de resiliencia de los
centros de enseñanza superior en nuestro país. Pues, en tiempo récord, se vieron compelidos
a capacitar un personal docente y de soporte técnico, en su mayoría migrantes digitales y que
en poco tiempo surgieron como entelequia para vencer los obstáculos de espacio y tiempo
para poder superar múltiples barreras geográficas.

Este fenómeno fue clave para que miles de estudiantes, logren alcanzar sus sueños de
graduarse de una carrera, ya que su insuficiente poder adquisitivo impedía el desplazamiento
desde los lugares más incognitos del país hasta los centros educativos, a recibir la docencia
presencial. Además, que los estudiantes, por la falta constate de ofertas de asignaturas, se
veían, atrapados, sin poder avanzar en su carrera, formando así, un cuello de botella en las
universidades, lo que en su mayoría se convertía en deserciones de las aulas.

No obstante, durante el tiempo de pandemia y post-covi, fueron muchos los que lograron, vía
la interconexión con las diferentes aplicaciones, que por el momento se convirtieron en su
mejor salvaguarda y al final les hizo compañía hasta ver realizados sus sueños.

Para tales fines, bastó con tener una conexión de internet y un ordenador, tableta o móvil, lo
que sirvió para superar las barreras de tiempo, porque les ahorró a los estudiantes horas que
se empleaban antes, en los desplazamientos para acudir a los centros presenciales, y porque
la metodología de clases virtual y las técnicas docentes modernas permitieron que se aprenda
más en menos tiempo.

A partir de este fenómeno, la educación superior se ha visto obligada a cambiar
drásticamente, pues según referencias, hasta antes de la pandemia, sólo el 2% de las
universidades estaban digitalizadas. Por tal razón, los centros académicos de educación
superior que no se adapten al cambio tendrán serias dificultades.

En este futuro digital habrá distintos formatos de aprendizaje para universidades,
presenciales y remotas, donde coexistirán modelos tradicionales, como el de Harvard, y
disruptivos, como el de Minerva o Khan Academy. “La docencia virtual rompe barreras
sociales, físicas y culturales, y facilitan la formación continua a lo largo de toda la vida, algo
muy necesario en un entorno que cambia permanentemente”, la transformación digital es el
eje de cualquier propuesta formativa.

Por otro lado, las universidades que quieran sobrevivir, presenciales o no, tendrán que
adaptarse a las exigencias del estudiante de hoy, que es nativo digital y será el 75% de la
fuerza laboral en 2025.

Se impone el modelo Netflix de enseñanza, es decir, los mileniales y posmileniales exigen una
formación adecuada a sus hábitos de vida. Con más que razones, muchos expertos afirman
que, la transformación digital de la educación superior ya ha empezado: “Las universidades
deben digitalizarse para seguir cumpliendo su función social generadora de inclusión e
igualdad”.

Sin lugar a duda, las economías emergentes y de manera especial en nuestro país, pueden
obtener grandes beneficios de ese proceso ya en marcha. Pues carecemos de buenas
infraestructuras, pero contamos con excelentes redes de comunicación por internet que nos
permiten una experiencia educativa satisfactoria, una palanca imprescindible y necesaria
para el progreso.

Nos atrevemos a asegurar que, para una universidad como la Primada de América, garantizar
la calidad de la enseñanza, es su prioridad. No obstante, para ello se requieren importantes
inversiones en formación del profesorado, en tecnologías punteras (inteligencia artificial,
realidad virtual, big data, etc.) y en desarrollo de las metodologías docentes. La UASD ha
destinado muchos recursos en la habilitación de la plataforma y la migración de datos de los
perfiles de los estudiantes y profesorado.

Por lo que prima, no la eliminación de las clases remotas, abortando una inversión tan
significativa, sino recopilar y analizar pormenorizadamente las opiniones de los alumnos para
mejorar la calidad de la enseñanza y contenidos académicos, agregando, además, la creación
de mecanismos de control que obliguen a los profesores, bajo esta modalidad, a cumplir con
su labor docente y atienden personalmente las necesidades del estudiante. Para nadie es un
secreto que utilizar metodologías de enseñanza virtual, es estar a la vanguardia de las
tendencias mundiales. La educación en línea permite crear entornos de aprendizajes de alto
rendimiento”,

En conclusión, la mera eliminación o suspensión de las clases virtuales, en cualquier centro
de educación superior, puede ser un retroceso. Pues, las clases remota permiten mantener
la continuidad académica, brindando a los estudiantes la oportunidad de seguir avanzando
en su formación. Sin tener que desertar por el alto costo de la educación que se convierte en
una barrera para muchos, especialmente aquellos de bajos ingresos, lo cual puede llevarlos
a abandonar sus estudios para buscar empleo y cubrir sus necesidades económicas.

Por Felipe Guerrero

El autor es MM en Marketing.
Asesor en Marketing Político.
Consultor de negocios.
Profesor de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, UASD

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