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El intento de explosionar ahora la Cámara de Cuentas

Gente en puestos claves de esta administración pública y otras instancias del Estado los convierte en obstáculo para el principal activo del gobierno: el MP.

Es viejo el sainete sobre la Cámara de Cuentas. Comenzó en el proceso de la integración de esta, un pecado original que al igual que a esta institución también signa otras instituciones del Estado, y con ello la gobernabilidad democrática del país.

Una circunstancia que, entre otras razones, es fruto de pifias conscientes/inconscientes cometidas durante el tortuoso proceso de alianzas para poder defenestrar el régimen peledeista.  La guerrita entre los miembros de la CC, mal disimulada y mantenida en sordina por la sordidez de los intereses en juego, algunos la quieren guerra total y definitiva en este momento preelectoral y destruir ese órgano de control para obstruir los procesos que lleva a cabo el Ministerio Pública contra los desfalcadores del Estado.

En esa clave es que debe ser leído este asalto/sabotaje abierto a la Cámara de Cuentas para entender por qué son tantas y variopintas las voces que se levantan a favor de un juicio político contra esta, con el avieso objetivo de, sino explosionarla, al menos, de cara a las próximas elecciones, limitar su credibilidad y con ello confinar y/o obstruir las acciones del Ministerio Público.

Con ese asalto se pretende eliminar el principal activo de este gobierno: haber puesto en marcha un órgano que, en esencia, recoge el generalizado sentimiento de condena a la impunidad y que sirvió de dínamo impulsor para la defenestración del PLD. Mientras más extensa y sostenida sea el accionar de ese órgano, menores serán las posibilidades de buen desempeño electoral de ese partido y del FU.

Los miembros que obstruyen un expedito funcionamiento de la CC son fruto de la transacción con el partido arriba señalado y en esta coyuntura son apoyados por el PLD y sectores cercanos a estos que disfrutaron de canonjías y puestos en el gobierno e instituciones del Estado disfrazados de “independientes”. Lo hacen no por un prurito moral que, en esencia, muchos de ellos nunca han tenido, sino porque saben que un buen funcionamiento de los órganos reguladores de la transparencia y la justicia constituye la única garantía para que las estructuras mafiosas tejidas en anterior gobierno, no se tejan “nunca jamás” en el futuro. Pero para que eso suceda se requiere el recurso de la firmeza de parte de sectores del gobierno y de la racionalidad política de muchos que no solo están fuera de este, sino que se le oponen.

A eso propósito, es llamativo que algunos legisladores del PRM hablen y apoyen un fementido juicio política con la CC. Una coincidencia con la oposición PLD/FU,  y con los caballos de Troya dentro del órganos de control colegiado que, en primera y última instancia, representan los intereses de esos partidos y de sus allegados. Y eso no es casual, dentro del PRM hay muchos que comulgan la misma cultura política de la generalidad de los miembros de los partidos de oposición que se enriquecieron en la anterior administración. Les interesa que nada cambie para buscar la manera de seguir beneficiándose del poder, independientemente de lo digan o piensen los principales dirigentes de ese partido. En ese sentido, la existencia/contemporización con ese tipo de gente en puestos claves de esta administración pública y otras instancias del Estado los convierte en obstáculo para el principal activo del gobierno: el MP.

En los procesos de cambio radical o de transiciones de un régimen (forma de gobierno) a otro, la tensión entre la continuidad y el cambio se expresa de muchas formas, y la historia dice que la tendencia es hacia el triunfo de la primera sobre el segundo. La consistencia de este fenómeno radica, esencialmente, en una mala o difícil gestión del proceso de cambio y/o en la contemporización con importantes sectores representantes de la continuidad dentro fuera y dentro de las mismas fuerzas del cambio. No estamos ante un a ruptura radical con el antiguo régimen, ni mucho menos, pero sí ante una importante coyuntura de modificación de la gestión de lo público con innegables aciertos. Los ejemplos no son pocos, y de manera reiterada los he expuestos en otros textos.

Pero, esos ejemplos no alcanzan la debida dimensión e impacto por la persistencia de los elementos y personajes de la continuidad que de alguna manera estuvieron presentes en los acuerdos para establecer esta mayoría. En particulares coyunturas, los errores que comete una determinada colectividad política no sólo le concierne a ella, sino también a algunas que sin ser necesariamente antagónica coincidió en cuestiones importantes con esa colectividad. Por consiguiente, el tema del asalto a la CC concierne todo aquel que realmente quiere que algunas cosas cambien en el país, y eso los obliga enfrentarse a todo aquel que, a su manera participa o coincide en el ese intento de asalto. En todos los terrenos.

Abstraerse de este debate es no ser consistente con la afirmación de que se debe defender al Ministerio Público en su lucha contra la impunidad. Eso en lo que respecta a sectores de la oposición anticorrupción. En lo que respeta a la máxime dirección política del gobierno, esta lección debe enseñarle que las alianzas laxas conducen a situaciones como esta, a elegir representantes  en instancias de los poderes del Estado, locales y legislativos, que luego se convierten en verdaderos caballos de Troya y en muchos casos en sus sepultureros….

Fuente: Acento

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