Política

EL PRESIDENTE LASSO Y LOS 22 SIN RESPUESTA: ¿QUÉ LE DEPARA AL ECUADOR ?

El presidente del Ecuador Guillermo Lasso esta pronto a cumplir 22 meses en la presidencia de la República. Durante los primeros 100 días de Gobierno, el primer mandatario ofreció a sus ciudadanos vacunar a 9 millones de ecuatorianos ante la pandemia del COVID-19. El objetivo se cumplió, con ello recobrando la confianza y credibilidad en la institucionalidad pública.

Confianza, que con el pasar del tiempo se fue cuesta abajo, los ciudadanos no solo perdieron la credibilidad en el Gobierno Nacional, sino perdieron algo mucho más significativo, la confianza en el Estado.

El presidente Guillermo Lasso cumplirá 2 años en la presidencia del Ecuador, y en materia de seguridad ciudadana, el mandatario saca una de sus peores calificaciones, siendo esta más baja que el 10/20 de la Fiscal Salazar.

En dos años, los 18 millones de ecuatorianos han sido testigos de una forma atónita cómo el país se ha convertido en un Estado donde la criminalidad, los homicidios, los femicidios, el microtráfico y narcotráfico alcanzan índices preocupantes y exorbitantes dentro de la esfera pública.

Las cifras son tan preocupantes, que los primeros ocho meses del 2022, el número de homicidios intencionales ya sobrepasó todo lo registrado en el 2021. Es entonces que, ¿Podemos “hablar” o “decir” que los ecuatorianos vivimos en un estado de garantías constitucionales? ¿Qué el Estado tiene pleno control de la situación en materia de seguridad?. La situación es grave.

Este garrotazo que recibe el Ecuador, donde sus ciudadanos viven en un país donde la desnutrición infantil, la indigencia rural, el empleo precario y la corrupción tienen indicadores preocupantes. Donde el Gobierno se plantea mal sus preguntas, donde el Gobierno ha perdido el Norte en la cartera más crítica del Estado.

Ahora, parce que el Gobierno Nacional se jugo su último “haz bajo la manga”, poniendo frente al Ministerio de Gobierno a un ilustre e intachable político ecuatoriano, con una trayectoria impecable, y sin duda alguna un profesional más que calificado para el cargo, Henry Cucalón.

Cucalón hasta el momento ha realizado un trabajo duro y digno de admirar recuperar no solo la confianza y credibilidad de la institucionalidad del Estado. Quien ha llegado a ser luz en la obscuridad.

La incontrolable onda de violencia está desgarrando rápidamente el estilo de vida, la forma de laborar y producir, la confianza en la democracia y la visión de futuro de las familias ecuatorianas.

Y lo peor es que, en mi opinión, la sociedad ecuatoriana casi no ha podido despabilar, ya que el Gobierno Central, la Asamblea Nacional y el Poder Judicial no han tenido las capacidades de transmutar e innovar sus herramientas fundamentales para combatir el crimen organizado.

A pesar de la situación, pareciera que para el Estado no ha sido urgente coordinar una gran reforma legal que endurezca las penas dentro del Código Orgánico Integral Penal (COIP) , o que mejore el trabajo de los jueces y fiscales.

Increíblemente, el gobierno parece no estar dispuesto a recuperar la soberanía penitenciaria y tomar medidas urgentes para detener los sangrientos y continuos disturbios en las prisiones, reducir el hacinamiento o mejorar la capacitación y la cantidad de personal penitenciario.

El descontrol en los centros penitenciarios también ha hecho que algunas cárceles sean prácticamente bodegas de armas de todo calibre. Incluso, armamento mucho más sofisticado que el mismo armamento de las fuerzas del orden público.

En el campo del fortalecimiento del orden público, el Gobierno no se apresuraría a crear una nueva policía acorde con la etapa inédita de la historia del país, la cual, a mi juicio, debería tomar acciones decisivas, como equipar seriamente a la sociedad.

La transformación del sistema de seguridad, inteligencia y limpieza de filas policiales. Es curioso, que todavía podemos escuchar a los Generales de la Policía Nacional hablar sobre la necesidad urgente de más apoyo del Gobierno Central, a pesar de sus propios recursos financieros y la cooperación internacional que reciben.

Cabe hacer hincapié, que ninguna política contra el crimen tendrá éxito si no aborda los fundamentos de la sociedad para aumentar las oportunidades educativas y laborales de los más pobres y necesitados, lugares donde las bandas criminales reclutan nuevos miembros.

Por lo tanto, las autoridades deben entender que no pueden dejar que la mayoría de los ciudadanos acepten que están solos en esta lucha, y que les corresponde a ellos garantizar, y desarrollar estrategias de seguridad ciudadana, y que puedan hacer su vida sin verse afectados por la delincuencia. Debo enfatizar, finalmente que, si no pasamos de los romanticismos a los resultados, solo estaremos aceptando que la criminalidad nos dejo “noqueados” y es más fuerte que todo un Estado, y que así el Ecuador no es viable en el corto, mediano o largo plazo.

Fuente: Jose Alejando Sevilla.

Deja tu comentario

Otros Artículos

Botón volver arriba