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Presiones en la OEA para ayudar a Haití, que va rumbo a un «desenlace desastroso»

La situación de crisis que afecta a Haití es un tema que preocupa muchos países, sobre todo a los de la región, sin embargo, su pedido de ayuda internacional no ha sido respondido como esperaban las autoridades haitianas, mientras el país «continúa en una espiral descendente», advirtió Cristóbal Dupouy, representante especial de la OEA para Haití, quien instó a los estados miembros a discutir y tomar una decisión para socorrer a la nación caribeña.

En su turno frente al Grupo de Trabajo del Consejo Permanente sobre Haití, Dupouy hizo un resumen de los problemas que afectan al país, antes de presionar a los estados miembros a atender la violencia que afecta su soberanía, alegando que esta acción forma parte de los principios de la Organización de los Estados Americanos (OEA).

«La situación en Haití es grave. El país atraviesa su crisis más profunda desde el regreso a la democracia en 1987«, empezó a decir el representante especial, quien advirtió que, a pesar de los 10 presidentes que ha tenido durante ese periodo, el deterioro del país se ha acentuado «drásticamente» desde inicios del año. 

Las pandillas que se han movido desde la capital hasta las provincias, la debilidad de la Policía Nacional, una economía «en ruinas» y unas instituciones «disfuncionales», fueron algunos de los aspectos mencionados por Dupouy para remarcar el «desenlace desastroso» al que se encamina Haití.

«Cualquier perspectiva de que la situación cambie de rumbo está muy, muy lejos de donde estamos hoy», dijo el representante durante una sesión llevada a cabo el pasado 2 de mayo sobre la crisis humanitaria que afecta al país caribeño. 

Dupouy considera que el descenso de Haití «fue lento al principio», pero luego «se ha vuelto todo a la vez», ya que cada semana los informes hablan sobre la escasez de combustible, falta de alimentos y medicinas, lo que ha llevado a que a «la población haitiana le vaya mucho peor hoy que en el pasado», insistió.

Asimismo, resaltó las cifras de las Naciones Unidas que estiman que más de 530 personas han ido asesinadas en Haití desde principios del año y más de 277 secuestros reportados, lo que refleja una escalada en los niveles de inseguridad y violencia que vive el país.

«Eso es, me temo, sólo la punta del iceberg de lo que sabemos oficialmente»

Cristobal Dupuy

representante Especial del Secretario General de la OEA en Haití,

¿Cuál será la postura de la OEA? 

Al señalar que hay «dos factores principales» para intentar entender la situación en Haití, el representante especial del secretario general de la OEA en Haití arremetió contra los políticos y empresarios haitianos que han forjado vínculos con las pandillas «en detrimento de una nación».

«Mientras prevalece una frágil situación de seguridad en Haití, el nexo entre los grupos criminales y la política es todavía muy fuerte y aún puede llevar a Haití al borde del abismo», dijo Dupouy al tiempo que aplaudió las sanciones impuestas a estas personas y advirtió que «aún es necesaria» la acción coordinadas entre todos los estados miembros de la OEA contra estos individuos.

«La OEA sigue apoyando socios internacionales en la recopilación de información relacionada con delincuentes que financian pandillas y otras actividades ilícitas en Haití, pero se puede y se debe hacer mucho más», insistió.

El representante señaló que el «vacío político» junto al resurgimiento de las pandillas han socavado «aún más la capacidad del Estado para imponer incluso la apariencia de orden y justicia allí donde la presencia del Estado se ha convertido, en muchas maneras, insignificante», por lo que se cuestionó: «¿Cuál va a ser la postura que asumimos colectivamente en este tema en particular?»

El representante se refirió a la solicitud del primer ministro de Haití, Ariel Henry, que en octubre del año pasado pidió la asistencia de una fuerza internacional para frenar los niveles de violencia que vive el país. 

La respuesta del secretario general de la ONU, António Guterres, sugirió que dicha fuerza estaría dirigida por «una o varias» naciones, pero no bajo el amparo de mantenimiento de la paz de la organización, cuyo paso por Haití ha quedado ensombrecido por el brote mortal de cólera que se le atribuye a los cascos azules que llegaron al país entre 2004 y 2017.

El tercer país a cargo de la misión no ha surgido, mientras la situación en Haití sigue siendo caótica. 

Recrimina por tardanza

«No veo ningún escenario, donde haya un resultado viable para Haití, donde no haya una consiguiente presencia internacional sobre el terreno, para aliviar el sufrimiento del pueblo haitiano. Cualquiera que sea la forma que esto pueda tomar, al menos debería discutirse en el foro adecuado que este organismo autoriza y facilita una respuesta hemisférica a la tarea que ha encomendado Haitísobre nosotros», subrayó el representante de la OEA

El representante de la OEA para Haití recriminó a los delegados de la organización por su tardanza para abordar la situación del país: «Hay ejemplos de otras iniciativas para apoyar a países en crisis, para las cuales la asistencia no ha tenido que pasar por caminos tan tortuosos», dijo sin mencionar a esos otros casos. 

«¿No es el pueblo haitiano víctima de una agresión que está quebrantando la paz en la región?», cuestionó Dupouy al tiempo que advirtió que la OEA fue creada para hacer frente a situaciones como las que están ocurriendo en Haití.

El representante reiteró la necesidad de una fuerza internacional en Haití, al asegurar que es necesario que la comunidad internacional intervenga cuando «la paz y la seguridad de una región están en peligro». 

«En el caso de Haití, sus autoridades han solicitado reiteradamente una fuerza especial de apoyo a la Policía Nacional. Algo que se vuelve urgente a la luz de lo que continúa ocurriendo en Haití», indicó.

«Lo peor puede estar aún por venir a medida que las pandillas se fortalecen y las fuerzas de seguridad se debilitan», advirtió Cristóbal Dupouy, que considera que atender a las necesidades de Haití puede resolver de alguna manera las «deficiencias» de los otros estados miembros. 

Fuente: DL

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