Opinión

Ramón Tolentino: El Abogado del Pueblo

Después de un breve descanso en mis escritos para disfrutar del tiempo en familia y explorar mis pasatiempos, como el dibujo y el piano, una chispa de inspiración me impulsa a retomar esta columna con un tema que trasciende lo meramente jurídico.

Hoy, deseo compartir algunas anécdotas sobre un amigo a quien admiro profundamente: Ramón Tolentino.

En nuestra última reunión de trabajo, Ramón y yo discutimos los temas legales de actualidad, pero también abordamos aspectos más profundos de nuestra sociedad. Le confesé que, últimamente, había decidido apartarme de las noticias locales, especialmente aquellas relacionadas con la violencia. Como abogado, sentirme inmerso en la oscuridad de estos eventos era una carga adicional muy pesada.

Sin embargo, al expresarle mis inquietudes, no pude evitar resaltar la admiración que siento por su dedicación incansable a seguir de cerca los acontecimientos delictivos en el país. Desde su papel como periodista, se ha convertido en un guardián de la sociedad dominicana. Su compromiso va más allá de informar; es una voz valiente que colabora con las instituciones del orden para enfrentar la delincuencia y la inquietud que aquejan a nuestra nación.

Con el mes patrio acercándose, no puedo evitar considerar a Tolentino como un patriota en el verdadero sentido de la palabra. Su labor ardua, al obtener información delicada y difundirla, a menudo poniendo en riesgo su propia integridad física y la de sus seres queridos, es verdaderamente admirable.

Aquellos que conocemos a Ramón comprendemos la intensidad de su día a día. Las llamadas y los mensajes llegan constantemente; muchas veces, son denuncias o peticiones de ayuda. Aunque he trabajado con personas de alto perfil, afirmo con convicción que Ramón Tolentino es quien ostenta la mayor influencia social que he conocido. En múltiples ocasiones, mientras lo acompañaba al tribunal, presencié cómo era abordado por individuos en busca de orientación y ayuda, confundiéndolo a menudo con un abogado debido a su incansable defensa de los derechos y la justicia.

Ramón Tolentino trasciende la etiqueta de periodista; es un defensor del pueblo, un símbolo de esperanza y un faro de justicia en tiempos oscuros. Hoy, me tomo la libertad de bautizarlo como “El Abogado del Pueblo”. Gracias, Ramón, por tu incansible labor y tu amistad. Tu compromiso con la justicia y la verdad ilumina nuestro camino hacia un país más justo y seguro.

Fuente: Al Momento

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