¡Ya basta de promesas vacías, el pueblo exige acción!, es urgente la aprobación del Código Penal

El Código Penal Dominicano ha estado vagando por los pasillos del Congreso Nacional por casi dos décadas, como un proyecto atrapado en el tiempo, mientras la sociedad clama justicia con voz firme y desesperada. A pesar de su urgencia, esta herramienta esencial para combatir la criminalidad y proteger a los más vulnerables sigue sin ver la luz, arrastrada por debates estancados y divisiones ideológicas.
Uno de los puntos más polémicos ha sido el de las tres causales para el aborto, una discusión que ha dividido a la nación entre quienes defienden el derecho a decidir en situaciones extremas, y quienes, como la Iglesia, mantienen una postura radicalmente opuesta. Pero más allá de esta disputa, el país necesita un Código Penal que responda al presente, que tipifique adecuadamente delitos modernos como el feminicidio, el acoso, la violencia intrafamiliar, y que contemple figuras como el cúmulo de penas, hoy inexistentes.
Solo cuando ocurre una tragedia de gran magnitud, como la de la discoteca Jet Set, donde murieron 236 personas, cientos resultaron heridos y decenas de niños quedaron huérfanos, vuelve el tema a la mesa como si fuera una moda pasajera. El Ministerio Público acusa a Antonio Espaillat y su hermana Maribel Espaillat, como los responsables por homicidio involuntario, cuya pena máxima es de apenas dos años. ¡Dos años por cada vida perdida! Si existiera el cúmulo de penas, estaríamos hablando de más de 400 años de prisión.
El senador Santiago Zorrilla, presidente de la Comisión Bicameral, ha prometido su aprobación para el mes de julio. Pero el pueblo ya está cansado de falsas fechas y buenas intenciones. La República Dominicana necesita un Código Penal moderno, justo y firme, que deje de ser una promesa y se convierta en una realidad. ¡Es hora de legislar con coraje y compromiso!
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