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Sobrevivió al derrumbe del paso a desnivel de la 27 de Febrero, pero perdió a su esposa

Casi dos décadas compartiendo un hogar, atravesando vicisitudes, criando dos hijos -uno de ellos cumplió 14 años el día de su velatorio-, y mucho por hacer. Esa era la vida de Wilson y Nancy Saint Anne, una pareja de esposos de nacionalidad haitiana que vio la tragedia encarnada con el derrumbe del muro del paso a desnivel en la avenida 27 de Febrero con Máximo Gómez en la capital dominicana.

Nancy murió, sin embargo, su esposo Wilson sobrevivió al incidente, y no solo está vivo para contarlo, sino para salir adelante con el peso de la partida de la madre de sus hijos.

Él había ido al aeropuerto a llevar a su hermano que se iba de viaje y el accidente ocurrió cuando retornaban a sus hogares en Catalina, Baní. En el auto se encontraban él y su esposa Nancy, junto a María Reyes, la esposa de su hermano y Bonheur Donvelier, un amigo de la familia.

«Cuando vimos el meneo de mucho tapón y mucha agua, la gente frenando, nos paramos todos, cuando yo iba a bajar el vidrio, sentí el golpe. Logré salir, pero cuando veo al lado mío no veo a la mujermía», describió con pesar el momento de la tragedia.

Wilson contó que cuando el incidente ocurrió, lo que pasó por su cabeza era que una piedra habría caído sobre el vehículo, y cuando se enteró de lo que realmente estaba sucediendo, salió en busca de ayuda. Manifestó que luego de todo el suceso se encontraba desorientado y desesperado sin saber qué hacer.

«Yo me puse malo, no supe de mí, yo vuelto loco en esa capital, llorando, llamando a ver si podía recuperar a la esposa mía», expresó.

Añadió con pesar: «Cuando yo estaba un poco mejor yo fui a verla (reconocer el cadáver) y veo a mi esposa, el sangrado, no pude ver eso».

A pesar de la dolorosa situación que embarga actualmente a su familia, dijo que agradece a Dios porque él y su cuñada, aún siguen vivos y no dejaron a sus hijos solos.

Mal presentimiento

Saint Anne comentó que tenía un mal presentimiento, como si sintiese que algo malo le iba a pasar pronto. Él tomaría la ruta por el Malecón para regresar a Baní, pero Donvelier, quien también falleció, le sugirió que fueran por la avenida 27 Febrero.

«Cuando yo estaba en el aeropuerto te dije a ti (María) y al señor (Donvelier): ‘vámonos yo no quiero estar aquí’, porque yo sentía que algo me iba a pasar», expresó.

Dijo que se sentía inquieto, que Dios le avisó para que no pasara eso, pero no siguió su presentimiento y ocurrió el siniestro.

No está bien

Wilson confesó que no ha asistido a ningún centro médico tras el incidente, pero que le aqueja una molestia en la nunca, sin embargo, alega: «Estoy bien, Dios y ella (su esposa) me dan fuerzas».

Al pronunciar estas palabras rompió en llanto y admitió: «Sin mi mujer, yo hago lo que puedo» y recordó todo el tiempo en el que estuvieron juntos a pesar de las vicisitudes, mientras su aflicción se reflejaba en su rostro.

Fuente: DL

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